![Resultado de imagen de imanes de nevera con una nota](https://http2.mlstatic.com/imanes-para-neveras-nota-adornos-set-de-3-piezas-importad-D_NQ_NP_877669-MLV25891675786_082017-F.jpg)
No me lo tomes a mal, pero hoy me
toca empezar a olvidarte. Esta no es una carta de desamor, sino de despedida.
En realidad contiene mucho amor, amor del bueno, que es el que he ido guardando
para ti, a pesar de tus desaires, de tu indiferencia, de tus desatinos con las
fechas, de esa capa de rutina que cayó y lo anegó todo en nuestra historia de…
amor, amor del bueno.
Sé que en el fondo me quieres y
que cuando llegues del trabajo y no me encuentres en la cocina te parecerá raro,
pero tardarás unas horas aún en echarme de menos. Llegará el momento al atardecer
en que, cercana la noche, empieces a impacientarte porque aún no habrás cenado.
Justo cuando acaben las noticias de deportes y salgas de la intriga de si el
Barça le ganó esta vez o no al Real Madrid, y si el equipo de tu hermano sube
por fin a primera. Justo, después de eso, empezarás a echarme de menos, pero no
antes, porque echarme en falta nunca fue tu prioridad.
Y entonces se te ocurrirá –a ti
solo- llamar primero a los parientes más cercanos, luego a mis compañeras del
trabajo y más tarde, dramatizando ya un poco, a los hospitales y a la policía.
Es ahí y no antes, cuando caerás en la cuenta de que hay una nota en la nevera,
sujeta por el imán de la Torre de Pisa de la última y única vez que me llevaste
al extranjero, que fue porque jugaba tu equipo en Italia y tus amigotes de
cervezas no pudieron acompañarte….Italia… Y allí estaba yo, como una imbécil,
vestida con la camiseta de Messi, coreando el himno de tu equipo entre un
millón de aficionados que proferían amenazas a los árbitros cada vez que os
pitaban en contra…yo, que nunca entendí de penalties ni de fueras de juego, que
adoraba ir al teatro o al cine y nunca me acompañaste.
Tú me querías, a tu manera, que
no era ni la más romántica, ni la más digna. Era solo eso: “a tu manera”. Y supongo
que a tu manera me fuiste haciendo pequeñita, pequeñita…casi como una partícula
de polvo, hasta que desaparecí. Vivías conmigo, pero sin mí. Me abandonaste emocionalmente, como se abandonan
a los perros viejos en las autovías, para alguien ejecute el violento final.
Ahora soy yo quien te abandona. Porque sí, porque
ya nuestros hijos volaron; porque ya no tengo cuerpo que resista unos tacones
de aguja, pero sí un alma embrutecida por la desazón vivida a tu sombra todos
estos años; porque me miro al espejo y no me reconozco en las canas que peino,
pero me basta el coraje para enfrentarme sola a la vida: porque me duele lo
poco que me he querido para quererte a ti tanto; porque tú no me valoras, y yo
lo he aceptado en actitud sumisa y complaciente, pensando que mis problemas no
eran nada comparados con los tuyos, pero me equivocaba, porque sí lo fueron.
Ahora ya no te quiero, o tal vez
lo justo para sentir una lejana pena por ti. No, no te quiero y punto. Cuando
dejes de leer esta nota en la nevera, no me busques. Quédate con Pisa y mi camiseta de Messi. Quédate con tus rutinas. Quédate con
el recuerdo de lo que fuimos un día. Pero quédate ahí y no intentes buscarme
porque me he ido a vivir el resto de mi vida sin ti.
(N.R.H)
Me encanta porque me siento identificada, solo que no soy capaz de dar ese paso. Gracias por escribir lo que muchas no somos capaces de expresar.
ResponderEliminarUn canto a la libertad. Qué difícil dar ese paso, de dejarlo todo y empezar de nuevo. Yo lo hice y ahora soy feliz.
ResponderEliminarUn mensaje muy potente.
ResponderEliminar