Primero se desató el rencor. Enseguida me aferré a las ganas de olvidarte. Después, no sé cómo, asomó la tentación de volver contigo, tan pronto descartada. Por fin empezó la fiesta interminable, y reí como la primera vez, y pude guiarme por todo lo que brotaba alrededor: todo eso me atraía, me asustaba, me curaba. Cuando el torbellino me devolvió a casa, yo volvía a ser yo pero de una forma nueva. Decidí disfrutarlo. Dejé que pasaran los años sin contarlos. Al reencontrarnos, confirmé con placer que nuestro final había sido un pequeño error y también mi mayor acierto. (Alex Pler. fuente: Hombres encontrados)
Me encantó. Las mejores cartas de amor después de una pérdida suelen ser las que salen de la profundidad del ser restaurado en su amor propio
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