viernes, 30 de enero de 2009 | By: Abril

Click


Me estaba preguntando… ¿por qué nacen los sentimientos cuando sólo tenemos un río de palabras para regarlos, ni una pequeña parcela de piel para enraizarlos y ni un solo beso con labios enredados para abonarlos? Pero nacen… y crecen… y brotan… y florecen…
Y es que me he dado cuenta de que en cada una de mis palabras dejo una parte de mí, al igual que con cada una de las tuyas sé que entregas un trocito de ti. Y no sabes cómo me gusta guardar tus cachitos en el primer cajón de mi corazón... y perfumarlos con mis latidos.
Me gusta pararme a mirar como juegan nuestras letras, cómo se cruzan nuestras risas, cómo se adivinan miradas y se comparten guiños. Me gusta seguir tus pasos, oír su eco y seguirte con la mirada buscando entre tantas líneas aquellas que me dedicas.
Te imagino caminando, en medio de la gente, y yo mirándote… a lo lejos… De pronto te das la vuelta, me miras, me sonrojo al verme descubierta, me sonríes por ello y es entonces cuando me doy cuenta de que la gente se diluye, el paisaje cambia, el aire empieza a quemar en Enero, espera a que llegue Febrero… Y ahora estás tan cerca… casi puedo rozarte, ¡no!, que te rozo con una de mis vocales y me respondes con un beso. Qué fácil es besar cuando no hay labios y que difícil sería dejar de hacerlo si los hubiera…
Me das tu mano, te la acaricio cuando la acercas y siento como te estremeces con mi contacto, ¿será porque las mías están frías?, será… o no.
Pero es la hora, y como en todos los cuentos, el paisaje vuelve a ser el de antes, -¡tengo que irme!… ¡y el zapato de cristal lo he perdido en tu ventanal!-.
Ay… cómo duele despedirse… Es cómo si dejara atrás otra vida: la de los juegos, la de las risas, la de los guiños, la de los besos de colores, la que me convierte en niña y a ti en mi niño, la de las mil palomas que me aletean por dentro, la que nos hace llevadera la verdadera…
Pero esta otra vida, se apaga con un triste: … “clic”... Y me quedo a oscuras… sin ti, deslumbrada aún por tu mirada, y sonriendo a… la nada.
Pero esta vez he hecho trampa, porque aunque he perdido mi zapato cristalino, a escondidas, me he traído un suspiro. Así que… volveré…te buscaré… me encontrarás… y tal vez… juntos… encontremos un cuento donde quepan nuestros sueños.

(Alguien cuyo nick sólo dice:"Lenta")