miércoles, 30 de septiembre de 2009 | By: Abril

¿Y ahora qué?...


… ¿Y ahora qué?... ahora que hemos rozado el límite con los labios, las manos, el cuerpo…ahora que nos avergonzamos de lo ya hecho porque con hechos hemos recorrido el camino que no nos atrevíamos a hablar…
…¿Ahora qué? a jugar a ser idiotas, a que todo sigue igual y que el ayer simplemente no fue; se desvaneció cuando nos dimos cuenta, porque quizá ambos lo soñamos o lo inventamos despiertos…
…¿Por qué ahora? ¿Cómo atrevernos a tocarnos, a mirarnos, a sentirnos? Si somos cómplices fortuitos de un descuido de verdad…
…¿Y la solución?... ¿Más tiempo al tiempo? A esperar que no se nos acelere el reloj antes de hora y vivamos nuevamente la extraña situación de unos segundos por adelantado, para quizá vivir otra vez lo vivido y no paralizarnos ni por lo sentimientos ni por lo que acabamos de descubrir…

No puedo, lo siento, pero no puedo…el tiempo se me escapó entre los dedos, me voy. Me voy sin más, y conmigo se va todo lo que he ido guardando en silencio…me inventaría un nuevo idioma para intentar explicarte de alguna forma más adecuada lo que produces en mí, para decirte sin tanto preámbulo y con más dedición todo lo que escondo, para gritártelo con rabia, sin remordimientos ni vergüenza, pero si ese idioma lo hablo solo yo, nunca podrás entenderme; y me temo que tampoco harías el intento de aprenderlo, porque temes a lo desconocido y lo incierto que puede ser amar…

Me voy y conmigo se va esa parte de mi que solo te corresponde a ti, esa parte de mí que es completamente tuya, esa parte de mí que se hizo tan grande que necesito lazarla al mar a ver si se ahoga…es triste pesar que el amor es triste, pero es más aún sentirlo así, sentirlo desgastado antes de empezar, sentir cómo se encoge apesadumbrado ante la inseguridad, observar como se intenta apagar porque tiene demasiado miedo a producir una fogata, miedo a dar la cara y a ser escuchado; porque tu y yo nos escondemos tras máscaras forjadas por nosotros mismo y por nuestros propio, duro y conciente trabajo…¡Qué triste!

Ya no puedo más, estoy gobernada por la impotencia de vernos a ambos dejar pasar sueños secretos… es esta impotencia la que me lleva a escribirte, a actuar sin pensar de una vez por todas… ¿por qué dejas que sea yo quien de el primer paso? Si el miedo que tengo y el vértigo que siento al rozarte no son menos que el tuyo propio cuando te toco suavemente…

Sabes que has dejado tus pasos marcados en mí, solo espero que se conviertan en huellas en la arena y que algún día no muy lejano suba tanto la marea que no quede rastro ni sospecha de hoy, de anoche y de los últimos momentos contigo.

Adiós, me despido yo (quién sino)

PD: lo siento, aún no he acabado con toda la verdad que me inundaba y con la última gota de ella quiero que sepas que aunque pretendo olvidarte y cerrar la puerta que alguna vez me llevó hasta ti, albergo la secreta esperanza que después de esto me busques, me encuentres y me hagas olvidar lo mal que se siente amarte en silencio…
Espero aprendamos a amarnos sin más…ahora que por fin te amo al descubierto…

(Magdalena Oporto; Carta premiada en el VI Certamen de Cartas de Amor y Desamor “Pedro Salinas y Margarita Bonmatí”)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa, brotaron lágrimas de mis ojos al leerla y sentirme identificada con esta esta carta llena de amor y sentimiento...
Dama de Abril,Felicidades! por un blog tan maravilloso...