miércoles, 24 de agosto de 2011 | By: Abril

¿Cómo olvidarte?...si estás dentro de mí.

¿Cómo olvidar la pasión que guardan tus besos, el deseo oculto que brinda tu piel, la sensibilidad de tus miradas, tu alma quemando mi ser... ?Tu rostro de niña dulce cabalga mi memoria. Palabras de aliento me diste aquellas veces en nuestros encuentros.
No olvido, esta intacta la ultima salida juntos: el cine, la gente, tu risa, el silencio, la despedida... Quiero reencontrarme contigo. Pienso que sigues allí, anhelante de un beso profundo, esperando una tierna caricia, descubriéndonos, evitándonos, a la vez quemándonos de ganas de amar. El olor de tu cuerpo es la fragancia de la esperanza. Hoy confieso que soy tímido ante una mirada tuya; como declaro que al cerrar los ojos te siento y me dan mas ganas de sentirte, de no dejarte ir, de escalar la escalera que conduce al centro de tu vida. Eres pasión. Frente a ti, a solas contigo, mis manos tiemblan y es por el frío que transmite al contacto con tu suave piel morena. Se me eriza hasta la misma alma al tocarla... Sabes que no hizo falta la entrega profunda, nuestros cuerpos fundidos por el calor del amor, para saber el deseo que encerraban tus ganas, sensaciones indescriptibles normalmente humanas. Te siento, te anhelo, me haces falta. Extraño tu silueta. Beso a beso, pedazo a pedazo, cada rincón, desde lo palpable hasta lo intocable. Después de conocerte y de tenerte cerca, no me resisto a pensar en tener otra mujer entre mis brazos; eres tú, sólo tú. Son muchas caricias las que guardo para darte, ¡tengo tantas ganas de consentirte...!, besar tus pies, tus caderas; recorrer palmo a palmo cada punto específico de tu anatomía corporal; conocer lo que no descubrí y por cada beso: enamorarme más de ti.
Es lindo levantarse cada madrugada y encontrarte allí tan quieta y serena. Te contemplé mientras dormías. Te robé muchos besos. Tu ternura dibujaba la inocencia. No fue difícil enamorarse. Hoy, en este exilio al que me has enviado, te suplico -más que una suplica es un ruego-: regálame sólo un día más junto a ti, sin palabras de reproches, sin miedo a dónde ir, sin pena absoluta que valga; sólo un día donde me permitas hablar y donde puedas escucharme.
Princesa: quiero estar siempre contigo…

Te amo…

P.D: No me quites de un solo golpe lo que llegaste a darme.


(Benni Rafael Monroy Álvarez)