jueves, 7 de mayo de 2015 | By: Abril

La Fortaleza Dañada (Epístola de amor perdido).

 
 
Nada me aprovecha en tu ausencia 
y nada puede servirme de consolación.  
Porque mi alma como el latino Coliseo 
teniendo una regia edad dorada 
en que los pájaros y la briosa floresta 
invadían las estancias de su dura piedra, 
hoy sirve de postal para ignorante turista. 

Iniciático fue tu amor, hoy quedo capitulando,  
más asistan los tiempos expectantes a este duelo 
y arrastren residuo de palabras mis lloros. 
Recuerden las blancas fortalezas de los hombres 
y cómo fueron hechas ceniza tras ceniza. 
Recordar tiempos malditos mi pérdida,  
¡recordad os clamo en bronco grito!, 
recordad esas recias ciudades carbonizadas,  
recordad Numancia,                                               
                          recordad Cartago                                  
                                             y recordad Corinto. 

¡Oh Urania,  tanto se perdió
tanta sal fue añadida a mi edad! 
 
(Juan López González)

2 comentarios:

Unknown dijo...

quien dijese que el amor doliera

Unknown dijo...

Precioso.