jueves, 3 de marzo de 2011 | By: Abril

A ti, que has ocupado mis últimas seiscientas tardes...


Querido Tú:

Habrás notado estos días mi ausencia. En parte ha sido una ausencia voluntaria. Necesitaba pensar en ti, en mí misma y en eso que hemos venido llamando “lo nuestro”… No ha sido fácil, pero era un paso necesario que ha abierto la puerta para empezar a olvidarte, o mejor dicho -porque olvidarte del todo es imposible- para intentar prescindir de ti.

No, no es venganza ni desamor. Nunca he pagado las ausencias con la misma moneda, no. Es tan sólo cuestión de supervivencia. Este esperarte incondicionalmente pasa factura a diario ¿sabes? Y ya resulta demasiado doloroso.

No es falta de cariño, como dice la canción; tal vez la ilusión empiece a debilitarse un poco, eso sí, pero el amor sigue intacto… Sin embargo es un amor que mata lentamente en cada giro inesperado, en cada desencuentro. En cada querer y no poder…Parece que vernos supone para ti un esfuerzo titánico que requiere anular otros compromisos… es por eso que yo, desde hoy te libero de éste, que nunca fue un compromiso al uso, sino una aceptación de las dos partes de compartir algo que nos pareció sincero y sin edulcorantes.

Nos ha durado bastante tiempo, claro que siempre pudo ser mucho más. Bueno, no se trata de lamentarse por lo que pudo ocurrir, sino más bien de celebrar lo que ocurrió, que siempre será bonito de recordar.

Y si algún día las circunstancias cambian y nos dejan volver a vivir “lo nuestro”, ¿quién sabe? Tal vez vuelva a encenderse la llama que hoy se atenúa, pero que nunca se extinguirá (lo sé, lo sabemos ambos).

No te entristezcas, no me llores, no te aflijas con mi recuerdo; piensa que mereció la pena y sigue tu camino, como yo seguiré el mío, intentando sobrevivir a tu recuerdo. Al fin y al cabo, la vida es eso: tratar de superar las despedidas con las que continuamente, quien sea, nos pone a prueba…

Tuya siempre.

Yo.

(La Dama)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy viviendo algo paraecido a esto y estas son las palabras que no me salían y que tú has pronunciado en mi nombre.
No es desamor, no es traición, es simplemente dejarse llevar por el desgaste...
Sé que se enmaoró de mí y, aunque intento engañarme, sé que estuve loca por él y quiero creer que ahora no...porque es más fácil sobrevivir así. A veces hay que dejar volar lo que se ama para que sea capaz de encontrar la felicidad lejos de nuestro lado...y saber decir adiós por difícil que sea hacerlo. Un beso querida Dama por ser tan valiente.