Podíamos llamarnos novios porque sabíamos que no era más que un juego. Las etiquetas solo asustan cuando son verdad. De haber sentido algo sólido, hubiéramos recurrido a eufemismos que prolongasen el misterio. Tú y yo, en cambio, nos sentíamos cómodos en esa distancia que nunca desaparecería y por eso jugábamos a preguntarnos cómo había ido el día aunque en el fondo no nos importase. No te hubiera gustado presentarme como novio oficial a tus amigos, ya lo sé. Lo más extraño llegó después, cuando encontraste a alguien y me sentí vacío por haber perdido algo que nunca fue nada.
(Alex Pler, Fuente: Hombres encontrados)
2 comentarios:
Genial, hermano, me encantó!
perfecto te quedo ;)
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