lunes, 18 de marzo de 2013 | By: Abril

A tu llanto



Hay un sabor a sal conformado con gélidos gemidos que pasean su tristeza por las arenas de las playas mudas de muchedumbre.

Imbuido de esa tristeza tu mar llora sobre la tierra aludes de crestas nevadas, de espuma volátil que ablandan mi ser. Tu angustia geométrica envuelta en mí. Bucólica perpetuidad que hoy te habla otra vez: ansío una brizna de poder que ponga letra a este canto, a tu llanto, que me ayude en mi lucha al desaliento.

Mi soledad, el mar y ojala tú. Mi voz y mi sometimiento están presentes en la manifestación de tu silencio porque una lágrima tuya encierra la esencia de todo el océano, siendo como es, la mas firme expresión de tu sentimiento. Llora si así lo deseas, invoca la húmeda transparencia e intentaré navegar, como ahora, por tu mejilla hasta tu boca, buscando palabras de amor.

En digna lucha contra las mareas driblaré erosionadas rocas heridas y si encallo en tu llanto naufragaré por los huracanes del desencanto hasta ahogarme de recuerdos con el sabor de tu juventud en mis labios.

Fluida alquimia en la naturaleza del ser es la sal del amor, del llanto y del mar. La sal que se deja al partir, la sal que recoges al volver y bebiendo luz va apareciendo el día.

Seca pues esa lágrima personal e intransferible en su interno origen y por favor, sonríeme porque sobre todas las nubes te amo.

(José Luis Fernández)