lunes, 27 de diciembre de 2010 | By: Abril

Tu última carta


Querido Tú:

He decidido escribirte mi última carta.

Sí, es una carta de despedida. Una despedida formal, que es el resultado de la suma de pequeñas despedidas diarias que se han ido sucediendo en los últimos días. Al fin y al cabo se trataba de eso: de que estabas saliendo de mi vida y yo, tan ingenua, ni siquiera era capaz de entender las pistas que me estabas dejando. Sé que dirás que vuelvo a exagerar, que tengo necesidad de atención continua y que ambos somos adultos sensatos y responsables que conocíamos de antemano las reglas del juego…Otra vez estoy en tu terreno ¿lo ves? Tú actuando como si no ocurriese nada y yo, comportándome como una neurótica, poniéndole nombre a este nuevo fracaso…

No quería darme cuenta de que esta era tu forma de decirme “adiós, ya no me importas tanto como antes…”. No notaba que las últimas tres veces que hemos quedado has puesto una excusa improvisada de última hora para evitar el encuentro. Si ya sabes que soy muy simple, muy lineal…sabes que no tengo ángulos, sólo aristas en el único poliedro de una sola dimensión que conoces…¿Por qué no me lo has dicho mirándome a los ojos? Al menos evitaría la tortura de pensar que aún queda la posibilidad de estar equivocada…Pero es que las señales son tan claras…Antes, no es que ocupase el centro de tu vida Amor, pero ahora siento como si me hubieses relegado a estar en un rincón de tu alma. Me has dado una planta para que la sujete y ahí estoy inmóvil desde hace al menos dos meses…de mujer-florero.

¿Qué ha pasado?¿Me ves distinta?¿He sido yo quien ha cambiado?

No quiero que me contestes. En realidad sé las respuestas, aunque ya no me sirvan para vendarme los ojos.

No quiero pensar en que esto se ha acabado y en lo tristes que son las despedidas, sino en el tiempo que hemos pasado juntos -sin rencores- y en las sensaciones que he vivido contigo. Con eso me quedo. Las despedidas son siempre inevitables y agrias, pero el recuerdo que sobreviva al olvido cuando el dolor desaparezca, me susurrará siempre que lo nuestro mereció la pena…

(La Dama)

3 comentarios:

maduixeta dijo...

Esta carta es la que yo tendría que haberle escrito... pero no sabía plasmar tan claramente mis ideas. Gracias por escribirla por mi.
un beso

Dinah dijo...

Maravillosa carta. Rezuma elegancia.

Anónimo dijo...

yo soy solo una niña 17 años que se enamoro pero no sabia como despedirme del hombre que me dio hijos;pero también engaños