domingo, 11 de agosto de 2024 | By: Magdala

Prefijos en el amor



La culpa fue de los prefijos. Dejamos que se fueran posando en algunas palabras de nuestro idioma, y acabaron adueñándose de lo más íntimo del diccionario que habíamos creado juntos.

Permitimos que se escapara la emoción que sentíamos al escucharnos, conseguimos que nuestras miradas llegaran a encontrarse diferentes.

Cambiamos la ilusión por la des-ilusión.

Dejamos la puerta abierta a la monotonía. Nos conformamos con un sucedáneo de romanticismo, convertimos lo nuestro en simulacro.

Cambiamos el vivir por el sobre-vivir.

Nuestros sentidos se volvieron perezosos, tu cuerpo y el mío se convirtieron en extraños, la lastima vino a acompañarnos.

Cambiamos la pasión por la com-pasión.

Y llegó la hora del reproche, intercambiamos nuestras culpas. Nos quedó el consuelo para tontos, el rencor.

Cambiamos el sentimiento por el re-sentimiento.

Asistimos impasibles a la catástrofe y, cuando quisimos darnos cuenta, nuestra lámpara maravillosa se había apagado.

Cambiamos el amor por el des-amor.

Nos queda este texto, que no es más que un pre-texto...para tantas cosas. La culpa fue de los prefijos.

(Josefina)

jueves, 27 de junio de 2024 | By: Magdala

Voy a empezar a irme de a poco



Voy a empezar a irme de a poco,
tal vez así no nos duela.
Me iré un poco hoy
y otro poco mañana,
es probable regrese el martes,
pero el jueves habré avanzado otro tanto hacia tu olvido.
Y conforme pasen los días
irás borrando mi risa de tu agenda,
mis “te amo” empezarán a empolvarse
y a quedarse arrumbados junto a la alacena.
Los besos interminables que soñamos eternos,
empezarán a perder su frescura,
y al calor de mis brazos
le llegará el invierno de golpe.
Llegará el día
en que ya no te haré más falta,
en que hayas aprendido a mirar otra voz,
a escuchar otro olor,
a hablarle a otro cuerpo;
entonces sabré que me habré ido del todo.
Sabré que estarás bien.
¡Qué importa que la mitad de mi alma
se haya quedado extraviada!
que no encuentre el camino de vuelta,
¿de qué nos hubiera servido la calma?
si no pudimos salvar la tormenta.

Julio Casati
jueves, 1 de febrero de 2024 | By: Magdala

Amor en diferido

 


Vuelves a responderme en diferido. Tengo la sensación de hablar a solas. Olvidaba que los domingos sólo existes, si tú quieres.  

¿Sabes? Aunque tú no lo sepas, el viernes pasado fue mi enésimo intento de despedirme de ti y de nuestra historia. Pero siempre, a mi pesar, me quedo en la intención de cerrar el capítulo de la vida que nos une. Yo actúo como si no hubiese pasado el tiempo, en cambio tú sí pasaste pàgina hace años. Me siento como una actriz sin guión en la película de tu vida. Una vida ajena a la mía.  

Dicen que ningún adiós duele màs que el que pronuncias cuando no te quieres ir. Pero hasta aquí he llegado en la prueba de apnea. Quiero volver a respirar. Quiero continuar sin pensarte. Quiero sacarte de donde habitas en mí, para volver a la calma que perdí. 

No me arrepiento de todo lo que ha pasado. Lo hecho, hecho està. Llegaste en un momento de debilidad para ambos. Has sido la casualidad màs bonita que he tenido nunca. Conocerte fue verme resurgir de la rutina que me tenía apagada a la sombra de lo que todos esperaban de mí, no de lo que yo quería ser. 

Pero, como todo, aquello que tuvimos también se fue. Dicen que el amor ni se crea ni se destruye, tan sólo se transforma. El nuestro se desintegró entre ausencias. Vivimos muy cerca, pero siempre hemos estado muy lejos.

La cosa es que cada vez que volvemos a encontrarnos hay partículas mágicas que flotan en el ambiente que se crea, que me hacen volver de repente a aquel tiempo en que tú y yo éramos "nosotros".

           (N.R.H) 


domingo, 19 de marzo de 2023 | By: Magdala

Margaritas


Querido Tavo,

La vorágine de estos tiempos tan convulsos nos devora, a uno y a otro lado del charco, por lo que veo.

Pasada la pandemia, vuelve la tempestad del “aquí, ahora y ya”. Olvidamos lo importante, en favor de lo urgente, como si no hubiésemos aprendido nada de esto tan terrible que hemos vivido.

En el Viejo Mundo, pronto ha cundido la desmemoria. Ha sido despojarnos de las mascarillas y olvidar que no somos eternos. Y volver a los problemas de siempre…

De pronto ya la gente no se quiere tanto. El miedo creó falsos lazos de cariño, de empatía y de cordialidad que se han esfumado con el paso del tiempo.

La inflación ahoga a las familias. Las enfermedades olvidadas por la Covid se abren paso de nuevo. Los que estaban solos vuelven a sentirse abandonados; los ricos son más ricos que nunca y los políticos más Pinochos que antaño. Al pueblo: “pan y circo”, más Netflix y menos libros, por aquello de que las penas con pan son menos, aunque se trate de pan duro para una muchedumbre sin dientes. La gente ya no sabe hablar sin insultarse o sin soltar exabruptos. Somos más ególatras y menos humildes. Más soberbios y menos compasivos.

¿De qué ha servido tanta muerte?…me pregunto. ¿De qué tanto dolor?

Y a pesar de esta visión tan distópica, hoy han empezado a crecer las margaritas que anuncian una nueva primavera. La vida se abre camino entre la muerte, hay esperanza… y viene pisando fuerte.

No dejes de creer. No dejes de escribir…

Un beso

PD: Estoy bien y respirando, que no es poca cosa…

lunes, 24 de octubre de 2022 | By: Magdala

Quiero estar soltera contigo

 


Quiero estar soltera contigo.

Quiero que vayas a tomarte una cerveza con tus amigos, para que al día siguiente tengas resaca y me pidas que vaya a verte porque te apetece tenerme entre tus brazos y que nos acurruquemos. Quiero que hablemos en la cama por la mañana de todo tipo de cosas, pero algunas veces por la tarde; quiero que cada uno haga lo que quiera durante el día.

Quiero que me hables sobre las noches que sales con tus amigos. Que me digas que había una chica en el bar que te ponía ojitos. Quiero que me mandes mensajes cuando estés borracho con tus amigos para que me digas chorradas, sólo para que puedas estar seguro de que yo también estoy pensando en ti.

Quiero que nos riamos mientras hacemos el amor. Que empecemos a reírnos porque estamos probando cosas nuevas y no tienen sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos, para que me cojas de la mano y me lleves a otra habitación porque ya no puedes aguantarte más y tienes ganas de hacerme el amor ahí mismo. Quiero intentar permanecer en silencio porque hay gente y nos pueden oír.

Quiero comer contigo, que me hagas hablar sobre mí misma y que tú hables sobre ti. Quiero que discutamos sobre cuál es mejor, la costa norte o la costa sur, el barrio occidental o el oriental. Quiero imaginar el apartamento de nuestros sueños, aun sabiendo que probablemente nunca vivamos juntos. Quiero que me cuentes tus planes, esos que no tienen ni pies ni cabeza. Quiero sorprenderme diciendo: "Coge tu pasaporte, que nos vamos".

Quiero tener miedo contigo. Hacer cosas que no haría con nadie más, porque contigo me siento segura. Volver a casa muy borracha después de una buena noche con amigos. Para que me cojas la cara, me beses, me uses como tu cojín y me abraces muy fuerte por la noche.

Quiero que tengas tu vida, para que decidas irte de viaje unas semanas por puro capricho. Para que me dejes aquí, sola y aburrida, deseando que salte tu carita en Facebook diciéndome "hola".

No quiero que siempre me invites a tus juergas, y no quiero invitarte siempre a las mías. Así, al día siguiente puedo contarte cómo fue la noche y tú puedes contarme la tuya.

Quiero algo que sea simple y, a la vez, complicado. Algo que haga que, a menudo, me haga preguntas a mí misma, pero que, en el momento que esté contigo en la misma habitación, desaparezcan todas las dudas. Quiero que pienses que soy guapa, que estés orgulloso de decir que estamos juntos.

Quiero que me digas te quiero y, sobre todo, poder decírtelo yo a ti. Quiero que me dejes andar por delante de ti para que puedas ver cómo se mueve mi culo de lado a lado. Para que me dejes arañar las ventanas de mi coche en invierno porque mi culo se contonea y eso te hace sonreír.

Quiero hacer planes sin saber si al final los realizaremos. Estar en una relación clara. Quiero ser esa amiga con la que adoras quedar. Quiero que sigas teniendo el deseo de tontear con otras chicas pero que me busques a mí para terminar la noche juntos. Porque quiero ir contigo a casa.

Quiero ser esa a la que le haces el amor y después te quedas dormido. La que te deja en paz cuando estás trabajando y a la que le encanta cuando te pierdes en tu mundo de música. Quiero tener vida de soltera contigo. Porque nuestra vida de pareja sería igual que nuestras vidas de solteros de ahora, pero juntos.

Un día, te encontraré.

(Isabelle Tessier)

martes, 6 de septiembre de 2022 | By: Magdala

Día número 203



Mis parpados se abren y mis pupilas se dilatan, no es la tenue luz que traspasa la ventana, es un brillo incandescente que se refleja en unos gigantescos y despistados ojos color miel, advierto, no es que sea una muchacha encantadora, solo es el brillo de sus ojos el que se ha robado mi mirada; ella, lleva una chaqueta gris con un gorro lanudo que contrasta perfectamente con el frío acogedor del páramo de Sonsón, pero su baja estatura hace que pase desapercibida por todo el recinto de clase.

Ella menea sus perfectas caderas buscando el lugar indicado para posarse y mientras se pasea por el recinto le observo con atención sin que ella note la desesperación de mis ojos.

Es inevitable no dejar de observar detalladamente cada una de sus acciones, puedo ver como escucha, como observa, como abre su mandíbula para arrojar de su bella boca delgada, versos y palabras que se pierden en el espacio, puedo ver como se abren y se cierran sus parpados en cámara lenta, puedo contar sus pestañas y hasta ver su respiración.

Sus cabellos castaños no muy largos cuelgan desordenados y es el momento de admitir que desordenó todo en mí.

Es sábado, el día número 203 del año 2017, para ser un poco más exactos 22 de julio; las horas pasan y sin quererlo el día gira alrededor de ella; sigo viéndola, una, dos, tres veces, es extraño, mis ojos no se cansan de mirarla.

Son las 7 P.m. y el día culmina sin dirigirnos una sola palabra. Me voy a casa, intento improvisar verdades, pensar en realidades y sin quererlo una imagen de aquella mujer se forma en mi mente, pienso inconsciente: creo que el asunto se está complicando, ¿en verdad busco a alguien que me complemente la existencia? Es quizás lo que busco. No sé si ese complemento se encuentre en el brillo de esos ojos, tal vez en su resplandeciente sonrisa o en sus cabellos desordenados, aunque no sé si estoy preparado para estas pendejadas del amor, creo que ella tiene ese complemento que llena mi existencia.

Considero que para comprender el amor primero debo conectar cuerpo y alma y corazón y mente, esto me hace recordar la teoría de Ferdinand de Saussure, donde define al signo como una entidad psíquica de dos caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos íntimamente ligados que se requieren mutuamente. Es así mismo como se comprende el amor, ligando cuerpo – alma y compenetrando emociones con realidades.

Siempre he sido consciente de que el amor es un elemento esencial en la composición de todo ser humano, pero nunca llegué a dimensionar la grandeza de esta palabra, una palabra llena de significados, sensaciones, emociones, una palabra tan grande que se resume en algo tan sencillo, ella.

Ella, que sin querer llegó iluminando ese día con sus ojos y su sonrisa, ella que sin querer llegó llenando el vacío con su energía, ella, que tenía que llegar justo ese día número 203 para complementar mi vida…

Oscar Hurtado López del Blog Escribir con el alma 

:)
martes, 10 de mayo de 2022 | By: Magdala

En el muelle de San Blas

 


Querido Tú: 

Alguien me ha dicho que las personas somos lo que sentimos y somos lo que vivimos con intensidad. Somos recuerdos, somos nostalgia, somos deseo, somos tristeza y sonrisas. Somos locura y abrazos en un atardecer mirando el paisaje que se cuela por nuestras costuras, y cierra viejas heridas. 

No hay nada infinito. Somos lo que vivimos, un momento, una canción o una voz...que recordamos como si no hubiese pasado el tiempo. 

Me pregunto si alguna vez te acuerdas de mí, como yo lo hago de ti. Estás presente en todos los días de mi vida. Estás aquí a mi lado mientras te estoy escribiendo, esto que tú nunca leerás, porque ya no somos aquellos que fuimos. 

Echo de menos las conversaciones que teníamos, sobre nada en concreto, pero con esas ganas enormes de cambiar el mundo. Echo de menos las risas y los abrazos. El olor de tu cuello cuando te acercabas para retirar un mechón de pelo de mi cara, antes de besarme. Te encantaba escuchar aquello que te decía de "me gustas porque eres limpio, elegante y porque hueles muy bien". Siempre se dibujaba en tus labios una media sonrisa y luego decías "te quiero, y siempre será así, no lo olvides". 

Pero el tiempo pasa y las palabras son regalos efímeros que se lleva el viento. La vida nos presta momentos en los que el tiempo se detiene y el corazón se rompe. Aquellos recuerdos son una película en blanco y negro, que yo me empeño en recrear una y otra vez en una suerte de moviola infinita. No consigo que vuelvas, por mucho que lo desee, solo consigo hacerme daño pensando en ti. 

Si supieras la de veces que he planeado todo, la de veces que he ido a buscarte y me he vuelto llorando...he construido en mi mente un encuentro casual en el que nos cruzaríamos en un recodo del parque y nos abrazaríamos sin modales...y después tomaríamos café en el Zurita, lamentando el error de habernos separado y prometiendo no volver a hacerlo nunca más...

Pero ese encuentro no llega y me paso la vida esperando que ocurra un milagro. Que tú me encuentres o, mejor dicho, que me quieras encontrar, porque mi sitio está aquí y no ha cambiado en todo este tiempo (en todos estos años que nos separan).

 Aquí sigo, vestida de novia, esperando verte pasar...

(N.R.H)