Querido tú:
No sé como decirte que no me gusta esta extraña continuidad, sabes que tengo un serio problema con los finales. Finales en todas las dimensiones en que estos aparezcan; no me gusta terminar de escribir cuentos, no me gusta llegar al final de ellos cuando los leo, no me gusta despedirme de la gente con la que trabajo a fin de año, me aterra el término de los viajes, odio cómo quedan las casas vacías, o los cuartos vacíos cuando te toca despedirte de ellos, no me gusta que se bajen o me toque bajarme del micro cuando estoy al costado de alguien que conozco, no me gusta cuando las conversaciones terminan abruptamente.
Tengo un serio problema con todo lo que significa dejar atrás, no me molesta avanzar sin ello, el problema se da cuando me doy cuenta que el significado que esos momentos o experiencias, tienen para mí, va a cambiar. Sé que no me gusta decir adiós, pero sé también que no me cuesta tanto avanzar, lo difícil quizás no está en ver hacia delante, sino más bien en él voltear la mirada y darme cuenta que hasta ese momento lo que era presente se convierte en pasado.
No sé porque te explico estas cosas, si tú ya las sabes y es por eso quizás que nunca te atreves a dar por terminado nuestros proyectos, pero aun así no sé…
Me extraña no poder sentir la tristeza de un término, no me gusta sentir aquella esperanza que no me deja avanzar, me hablas de un continuará completamente indeterminado y no puedo quedarme contenta ni tranquila sin tener la certeza de que esto todavía no es pasado. No quiero aferrarme a tus palabras, no quiero tenerte confianza no quiero sentirme triste.
Es tan raro lo que me pasa contigo no puedo recordar tu cara, sé como son tus rasgos pero no puedo ordenarlos o ponerlos de tal forma que hagan un todo, lo mismo me pasa con la conversación que tuvimos, no sé cómo puedo articular tus palabras si no tengo ningún recuerdo claro, no tengo la certeza de que eres real o no.
Escucho de nuevo tus frases, veo tus manos, te siento cerca, te escucho de nuevo –no te quiero dejar de ver- frase que casi me robaste telepáticamente… pero aún así no pude decirte nada, te escuchaba y pensaba en qué decirte sin poder articular frases coherentes… ¿Qué decirte? ¿Todo esto realmente sucedió? ¿Qué debo hacer con todo esto? ¿Por qué simplemente no me dijiste que aquí terminaba todo?
Aunque odie y le tema a las despedidas creo que les tengo miedo porque sé que puedo avanzar sin mirar atrás, pero dime, ahora, en este caso ¿hacia dónde debo mirar?
¿Me explicas?
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