A medio mundo de distancia, en este costado de mí donde se pudre todo lo que no le dije.
Y no supe ver que lo era, que lo siguió siendo cada día de esos 86 años que se acabaron anoche, aunque todos esperábamos a pie de página ese "te be continued" al que tanto nos acostumbró.
Me fui sabiendo que una noche él no podría parar de bailar antes del final del disco.
La muerte también lo sabía, pero volvía desde hacía años a pedirle un baile más, a dejarlo ir para que regresara otra noche a decirle al oído esas cosas que les dicen los poetas a la muerte.
Los certificados no tienen ni puta idea, son todo lo contrario de un poema.
Te quise siempre, como eras.
Te lo dije poco.
Porque vos sabías que yo sabía que sabías.
Y en ese juego de palabras me perdí un montón de abrazos.
Aprendí a no extrañarte para que esta distancia de medio mundo no me hiciera daño cuando este momento llegara.
de los días que me queden.
Me hice escritor para cumplir tu sueño, en lugar de ayudarte a cumplirlo.
Ahora no puedo dejar de serlo.
Antes de irte, dejaste el sol encendido, para volverme nítido.
Más solo.
Nos vemos en los espejos
(Carlos Salem, del blog.)
3 comentarios:
Muy bello. Saludos.
Qué bonitas palabras son una muestra de amor.
Hermoso y sentido
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