¡Hola Querida!
Probablemente estés en el auto o quizás llegando a la iglesia. Disculpa si esta carta te parece sorprendente y si tu futuro esposo no te ha hablado de mí.
Tengo el sutil honor de presentarme: yo soy la que le arrancó a ese hombre los gemidos de placer más agudos de la Historia. Tú tendrás su cuerpo, por eso es importante que sepas cómo y dónde hacerlo estallar. Tengo la teoría de que todo hombre tiene un "punto H" -por no decir G- como toda mujer, sólo que a ellos les da por tenerlo en una oreja, un testículo... o hasta en la nuca -como es el caso de tu futuro marido-, cinco años viviendo juntos...créeme: le conozco.
No me avergüenza decirlo: me dejó por otra -no quiero que te ofendas- pero, en fin: sí, me dejó por ti.
Estuve los rastreros meses siguientes a la ruptura viviendo en una constante agonía, llena de recuerdos. Cada copa me lo recordaba. Hasta el muchacho del correo que te entregará esta carta -¿te has fijado lo buen mozo que es?-, me lo recuerda (bueno, no sé si su físico ha cambiado)...
En fin: que estaba muerta en vida. Mi vida social había tocado fondo y vaya, que me caracterizaba por ser el alma de las fiestas -cosa que él amaba de mí-. Pero yo no quería nada, sólo lo quería a él. ¿Cursi? Aquí hago una pausa. ¿Él te ha hablado de mi? No quiero creer que estuve a punto de casarme con un mentiroso. En realidad sí lo estuve- él era un completo farsante, pero un farsante con gracia. Siempre fui consciente de ello. Era mi farsante. Me encantaba que me mintiera porque sus mentiras tenían un "tumbao" como él mismo decía, pero también sabia que, al conocerlo tanto, no creía sus mentiras o, digamos que las "creía", aun sabiendo que mentía...
Retomando mi pregunta,¿lo hizo?, ¿te habló de nuestros paseos interminables? De las noches en que huíamos de mis padres, de los besos bajo la lluvia, de los tangos en el escenario ficticio, de "su grito de guerra", como solía decir su mejor amigo: -¡¡¡Que le pongan salsa!!!. En cualquier disco, bar, o fiesta, era su adicción verme bailar salsa. Decía que disfrutaba al bailar conmigo, pero más al verme bailar.
¿Te habló de las ocasiones en que teníamos sexo descontrolado en la cocina?... ¿Del día que me quemé el trasero con la hornilla..., de las miradas que decían todo, de los insultos, de las cachetadas y los besos...?, ¿De los viejos amigos?, ¿De que jugábamos con el vino un juego que él se inventó -que no te diré-?. ¿Te habló, acaso, de ese bebe que queríamos y de que mi fertilidad me jugó una mala pasada?...Sí. ¿Te ha contado que no puedo tener hijos? Él nunca quiso hacerse los exámenes. Decía que estaba sano, he incluso su madre me contó que tuvo una novia a la cual dejó embarazada, pero ella lo perdió. Aunque la chica era una fresca, que aseguró no saber quien era el padre, para mí era suficiente lo que él me decía. Tal vez, ahora que lo pienso, ése sea el motivo por el cual me ha dejado.
A ti te conoció justo en la época que la situación estaba de mal en peor y ningún tratamiento me ayudaba. Tú eres mucho menor que él, considerando que, en esa fecha, tenia 29 y tú 22. Yo tenia 27. Hoy él tiene 33, tú 26 y yo 31.
-"Estoy seca por dentro"- decía siempre y él me consolaba diciendo: -"Lo lograremos"-. Al final, creo que de tantos intentos se rindió. Eso es algo que a ti no te importa.
Mi historia con él se puede decir que fue casi perfecta y que sólo nos falto el cartel. "Felices por siempre". Él y yo cambiamos ese cartel por uno que decía: "Mientras el amor nos dure", o en este caso: "Hasta que la infertilidad nos separe". Fuimos ese tipo de pareja que ves por la calle y que si sueñan con estar juntos eternamente nunca se lo dirían, por no fallar a sus ideales y convicciones internas. Fuimos un par de idiotas que se amaron y que nunca se dieron cuenta. Nos amamos desde adolescentes hasta adultos. Crecimos juntos ¿sabes? Recuerdo que muchas veces faltabamos a nuestros respectivos trabajos para quedarnos todo el dia abrazados, tirados en el sofá un rato jugando a la "Play" y al siguiente viendo películas "rosas" que él tanto odia pero que yo amo.
Siempre he sido una persona decidida, fuerte y valiente. Por eso, desde el momento en que me enteré de que estábais juntos, le dejé, con un tanto de dolor y resentimiento, pero con un profundo despecho. Siempre he dicho que la magnitud de ese despecho es proporcionalmente idéntica al amor o a la historia que se ha tenido. En ambos casos, mi amor hacia a él era un gigante (fueron once años). Por eso no pude comprender por qué se había buscado a otra.
He logrado seguir adelante convenciéndome diariamente de que fue lo mejor que pudo suceder. Hace mucho que dejé de torturarme con el: "y si yo..." Creo que en esta vida, donde nos enfrentamos diariamente a las rupturas, esta frase siempre ayuda: "...Deja de torturarte con los recuerdos, con las preguntas. Vivieron lo que tenían que vivir, duraron lo que tenían durar...".
Desde ese dia no me ha vuelto a ver -hace 4 años- y la invitación a su boda me ha llegado por correo. Yo volví hace cuatro meses, cosa que él ignora. Creo que le contaron que me fui del país hace tres años, pero no que ya regresé, si no, me habría buscado para invitarme personalmente, imagino. Volví por razones importantes y algunos papeleos, y me estoy quedando en un hotel. No cualquier hotel: "nuestro hotel". No cualquier habitacion: "nuestra habitación". Y digo "nuestra" porque aún guarda su aroma. Una habitación donde todo me habla de él y de nuestras pasiones desbordadas.
Entré en "el bar de las solteras" -como lo bautizamos mis amigas, él y yo-. Alli quedé en verme con algunos colegas. Entonces vi a su mejor amigo acercarse, me levanté a saludarle -él no me había visto- y en ese instante tú te levantaste sonriente y lo besaste. De mi mano resbaló la copa. La impresión fue un poco desagradable pero al final placentera ¡JODER! ¡Engañas a tu futuro esposo con su mejor amigo!,¡Qué éxito! Estoy segura que eras tú, de eso no hay duda. Cruzásteis la calle ligeros. No soy quien para juzgaros. En fin, fuísteis al motel del frente. Ahhhhh, Querido: esta noticia te dolería...
Descuida tú, que no voy a contarle nada. Éste será nuestro "secretillo". No intentes huir de tu boda. Yo estaré en la primera fila, con el vestido rojo que él amaba y un revólver en la cartera. Si tú no eres capaz de amarle como yo lo hice, no permitiré entonces que se case contigo, prefiero verle muerto. Y hablo muy en serio. Tampoco intentes acusarme de nada... ¿Que es ilegal tener un revólver? ¿Acaso tu futura esposa está loca?...Benditas las máquinas de escribir que ni la letra puede delatarme.
Querida: no llores, que se te corre el maquillaje. ¿Cómo puedes creer que mataría al hombre que más he amado? Sí, hoy estaré en primera fila, sin el vestido rojo que a él le gusta (ni idea de qué hice con él). Estaré allí en primera fila, con mi esposo al lado y mi hijo en brazos. Sólo he querido tontear un poco contigo ¡Hazlo feliz, guapa!.
PD: Sé que estás embarazada, de ahí lo de la boda ¿qué crees? La fecha coincide justamente con el mes que entraste en ese motel ¿y adivina qué? Tu esposo es estéril. Besos.
-PM
5 comentarios:
Preciosa carta!!! De las Mejores que he leído.
Muy imaginativa y un desenlace genial, ja,ja.
Me encanta!!!
muy buema pagima
luis evert erick perez castillo
me encanta este blog <3
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