La rueda mágica giraba sin fin por el espacio, hasta que un día, por su innata sabiduría se detuvo en una mirada gris, tenue casi apagada.
Esa mirada naciente de un alma cansada, estaba dejando de ser lo que algún día fue.
Tan solitario y gris era ese retrato de lo que ya estaba dejando de ser, que la rueda mágica detuvo su marcha en aquel instante infinito, pero esta vez para traerle luz, vida armonía vientos de cambio rediseñando el ser pleno de aquella mirada inmóvil.
Así te presentaste en mi vida, como un huracán de bellas melodías comenzando a hacer palpitar fuerte el corazón anestesiado, quien no titubeo en consumir cada instante de esta nueva realidad.
Casi como un cuento de hadas la varita mágica de la rueda comenzó a rociarme de sus incandescentes estrellas, y todo cambió para siempre.
Cambió el color del amanecer, el aroma de cada instante, el gris de las nubes y el presente se transformo en una realidad soñada.
Así me enamoraste, hiciste despertar cada rincón de mi ser con tus dulces notas de amor infinito, allí la palabra invencibles comenzó a cobrar valor y en un abrazo intenso de sentimientos puros, esa mirada gris tenue casi apagada, se transformó en un arcoíris de intensos colores.
Que alegría inmensa saber que aquella rueda mágica cuya misión es no dejar de girar, se detuvo un instante para hacer resurgir una estela cansada que la seguía en su andar.
Un despertar tan intenso en donde el tiempo se vuelve solo un justificativo para poder creer que el brillo de tus ojos tu mirada tierna tu dulce compañía tu luz incandescente principito, no terminará con el sol naciente de la primer aurora.
La sabiduría de la rueda mágica, no soslayó el amor de aquellas dos almas que andaban vagando por el mundo, y pese a que se encontraban agobiadas con la mirada perdida ella sabía, que conservaban miles de estrellitas de colores aferradas a sus cuerpos etéreos, dispuestas a soltarlas en el instante mismo en que se encontraran con su otra mitad.
Ese encuentro fue mágico como la rueda, ella feliz de cumplir su misión en su paseo diario por el espacio sideral y aquellas almas radiantes de haber vuelto a ser lo que un día fueron.
Pero la inmensidad de la rueda mágica, no se conforma con la intensidad del encuentro y el surgir de colores intensos, sino que un día ella sabe que va a continuar tomando de la mano a nuevos seres, quizás nacientes de aquellas dos almas, para que la estela de colores siga brillando sin fin y que todo lo gris que encuentre a su paso se transforme en nuevos soles.
La rueda mágica sigue girando, ahora mismo lo está haciendo y en cada paso deja su aroma, sus destellos dorados de inmenso amor. El recorrido quien puede saberlo, de lo que si hay certeza es que jamás dejara de girar ni de detenerse en todo lo disonante con su estela de luz.
A los nacientes enamorados la rueda mágica quiere decirles que ya llega el momento, sólo hay que esperar y confiar en su sabiduría eterna, un nuevo despertar tocará a su puerta cuando menos lo esperen y no podrán creer que aquello que pensaban un sueño es una suave, bella y amorosa realidad, sólo déjense envolver por ese aroma a rosas tan sublime que los hará dudar de estar despiertos. Pero les adelanto un secreto que me susurro un día la mágica rueda……. a ese particular sueño…. Lo llaman DULCE REALIDAD SOÑADA.
(Mara Vignola)
2 comentarios:
Me enamore de tus notas desde el primer dia que tuve la suerte de leerlas, estan llenas de amor, dulzura, esperanza, y muchos sentimientos encontrados ¡ espero que vuelvas a deleitarme con otro de tus escritos tan hermosos¡ que la rueda magica tiebe que seguir girando¡ muchos besos¡ un admirador incondicional de tus pensamientos....saludos¡
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