lunes, 18 de febrero de 2013 | By: Abril

Carta al amor compartido


Son las dos de la mañana. Debo de ser tonta o estar super enamorada como dice una amiga mía.

Acabo de llegar a nuestra casa –estuve esta tarde para sacar de la lavadora las sábanas y las toallas-. He querido sentir el silencio, venir aquí a pesar de que no estés, necesito probar a estar sin ti.

¿Sabes qué es lo primero que me ha pasado al cerrar la puerta?. He ido a la cocina, y apoyando mi cabeza sobre el marco de la puerta me he puesto inevitablemente a llorar.
Me han venido a la mente tantas imágenes por momentos... agolpadas, mezcladas, todas en una… Tu agenda en la esquina de la mesa, la chaqueta colgando sobre el respaldo de la silla, tu bolsa de viaje en la habitación, la puerta del baño entreabierta y el sonido del agua corriendo por tu espalda. Pero todo esto no está. Tú no estás. Es sólo mi imaginación la que proyecta momentos.

He cogido la botella de cava que empezamos anoche, una de las copas que limpié esta mañana... y observándola pensaba ¿será esta en la que bebiste tú…?

Se me hace muy extraño estar aquí sola sin ti.

Te imagino en tu casa, en tu habitación, junto a tu mujer…

Estoy triste cariño. Intentaré descansar, bajar por la mañana al gimnasio, una buena ducha y vivir...

Te quiero

Besos de tu chica

PD. Te dejaste la crema con la que me diste ese masaje. Estaba entre las sábanas...

(Airedevalencia)